El gobierno checo sobrevivió a una moción de censura iniciada por la oposición debido a un escándalo relacionado con Bitcoin, manteniendo exitosamente su estatus de gobierno. Esta votación tuvo lugar unos meses antes de las elecciones parlamentarias de octubre, con la oposición intentando derrocar al gabinete del Primer Ministro Petr Fiala, pero obteniendo solo 94 votos en la cámara baja de 200 escaños, quedando por debajo del requisito mayoritario. La controversia se centró en un narcotraficante condenado que donó 45 millones de USD en Bitcoin al Estado.