El cambio ya está en marcha: los LLM se están reutilizando como herramientas de automatización estratégica en todos los sectores.
Están analizando los informes de la SEC, modelando valoraciones privadas y redactando memorandos de inversión dentro de empresas como BlackRock, KKR e incluso la Fuerza Aérea de los EE. UU.
Estos no son chatbots. Son agentes de IA persistentes integrados en los flujos de trabajo empresariales.
Trabajan en documentos, aprenden del feedback y mejoran con cada tarea como pasantes hipereficientes que nunca duermen.
Pero aquí está el truco:
Estos agentes son tan inteligentes como los datos sobre los que se construyen.
Es por eso que los datos estructurados, de alta calidad y con permiso están convirtiendose en la verdadera ventaja competitiva.
ORO ayuda a suministrarlos, con misiones que recopilan el razonamiento real del usuario, decisiones y huellas de pensamiento. No contenido raspado. No ruido sintético.
El futuro del trabajo depende de sistemas que puedan pensar con contexto y no solo ejecutar tareas, sino entender objetivos, adaptarse a la retroalimentación y mejorar con el tiempo.
Y el contexto comienza con la gente.