Los modelos de AI con acceso directo a las claves pueden representar riesgos significativos en Web3. Piénsalos como agentes no supervisados con el poder de mover activos o activar contratos.
Este artículo de @CCNDotComNews (leer en los comentarios) destaca cómo esta configuración puede conducir a fallos catastróficos debido a bugs, manipulación o comportamiento rogue.
Por eso, consideremos el problema tras la introducción de Reactive Smart Contracts (RSCs), que operan bajo un principio de "Inversion of Control". En lugar de que los modelos de AI inicien acciones, los RSCs responden de forma autónoma a eventos predefinidos en la cadena y fuera de ella, asegurando que las interacciones de AI estén gobernadas por protocolos transparentes y basados en reglas.
Esta arquitectura permite automatización en tiempo real sin conceder a los modelos de AI acceso ilimitado a funciones críticas. Por ejemplo, en aplicaciones DeFi, los RSCs pueden monitorizar condiciones de mercado y ajustar automáticamente posiciones o niveles de colateral, mitigando riesgos sin intervención humana.
Al desacoplar la toma de decisiones de la ejecución, Reactive Network garantiza que los modelos de AI puedan analizar datos y sugerir acciones, pero la ejecución real la manejan contratos inteligentes seguros y auditados. Esta separación reduce la superficie de ataque y mejora la seguridad general del sistema.
Además, las capacidades cross-chain de Reactive Network significan que estas salvaguardas no se limitan a una sola blockchain. Los RSCs pueden operar en múltiples plataformas, asegurando estándares de seguridad consistentes y respuestas automáticas en un ecosistema Web3 diverso.
Resumen: Aunque la integración de AI en Web3 ofrece un potencial inmenso, también introduce nuevas vulnerabilidades. Reactive Network proporciona un marco robusto para aprovechar los beneficios de AI manteniendo una seguridad y control estrictos.