OKG Research señala que en 2024, la demanda de oro seguirá siendo impulsada principalmente por usos tradicionales, con la joyería representando el 44%, las compras de bancos centrales el 23%, y la inversión solo el 26%. Desde el segundo trimestre de 2022, los ETF han experimentado una mayor volatilidad como herramienta de cobertura a corto plazo, lo que ha resultado en flujos netos de salida continuos. En contraste, Bitcoin está ganando gradualmente reconocimiento institucional como un nuevo tipo de activo refugio digital, presentando custodia propia en cadena, liquidez global y efecto de marca. El oro actúa como un ancla de confianza del viejo sistema, mientras que Bitcoin construye nuevos canales de reserva descentralizados. Ambos están construyendo canales de cobertura paralelos, proporcionando una nueva estructura de "cobertura de doble vía" para la asignación de capital global.