Pavel Durov, el fundador y CEO de Telegram, fue arrestado en París e imputado por actividades ilegales realizadas en la plataforma de mensajería, incluido el tráfico de drogas y la distribución de pornografía infantil. Las autoridades francesas afirman que Telegram no hizo lo suficiente para combatir la actividad criminal y no respondió a sus consultas. Durov se defendió, afirmando que su empresa era fácilmente accesible y tenía un representante oficial en la UE para manejar las solicitudes de las autoridades.