Pavel Durov, el CEO de Telegram, fue arrestado en París debido a preocupaciones sobre las prácticas de moderación de Telegram, desencadenando una protesta global y el apoyo de líderes tecnológicos como Elon Musk y Edward Snowden. Telegram defendió su cumplimiento de las leyes de la UE, mientras que críticos como Samson Mow destacaron la falta de cifrado de extremo a extremo por defecto en la plataforma como una vulnerabilidad.